El gran plan… Día 10

¡Diez días ya! Diez eternos y raros días. No puedo dejar de buscarte en la mirada de otros perros… de todos. Me pregunto qué tan largo será este invierno… Sin embargo, después de nuestra última sesión juntas, después de aquél sueño, algo cambió y por fin pude volver a trabajar. Me llenas el alma de ganas de seguir, el amor me mueve a continuar con mi misión y ya quiero escucharte de nuevo, ¿qué nos quieres decir hoy mi Lua ojos de sol?

“Aquí sigo. No me iré. No sólo estoy contigo y con ustedes, estoy con más personas. Ando visitando personas conectadas conmigo. Son muchas ¿sabías? Se multiplican las conexiones.” ¿Y para qué las visitas Lua? “Tengo diversas intenciones, o mejor dicho, tienen diversas intenciones. Todas tienen heridas y todas tienen perros también. Los perros me pueden ver, oler o sentir de algún modo, ellas no tanto.

Una de las personas que visité ayer, tenía una capa gris, no podía ver su rostro. Su perro se sentía muy enfermo aunque ella no lo sabe realmente, sólo lo percibe aletargado. Fui a hablar con él y lo ayudé a transformar esa energía que estaba estancando su cuerpo y se aligeró mucho. Hoy por la mañana los visité nuevamente y la capa gris de la persona se está desvaneciendo. Ya pude ver su rostro. Su perro se sentía muy mal otra vez y lo ayudé con la -limpieza-.

Lo que ocurre es que los perros y los animales no humanos que viven en una familia, a veces toman el rol de -ayudantes-. Ayudan a las personas a filtrar energías y a aligerar la carga emocional. Esto normalmente trae consecuencias físicas para el individuo, por ejemplo este perro está ayudando a su persona a aligerar una gran negatividad formada por dolor y rencor. La ayuda del perro, evita que la persona enferme, o por lo menos que no enferme tanto, pero al mismo tiempo esto puede enfermar al perro. En este caso, a él le causa una inflamación articular crónica. Así lo filtra y lo resiente su cuerpo.

Los humanos pueden ayudar a estos perros, gatos, loros, etc a limpiar su cuerpo energético y emocional, pero cuando no saben cómo hacerlo y el individuo no logra transmutar lo suficientemente rápido la energía, esta se estanca y el animal enferma.

Yo estoy ayudando a aligerar la carga de mis amigos aunque no en todos los casos resulta apropiada mi ayuda. Hace dos días visité a otra persona, ella tiene una perrita y un perrito. La hembra está un tanto saturada de emociones, estas emociones la alteran, la vuelven más nerviosa y más irritable de lo normal. Ella me decía que teme perder el control. Pregunté si quería recibir mi ayuda, me dijo que no, que es necesario que la persona enfrente las consecuencias para que pueda haber un auténtico cambio en ella.

Todos los seres vivos que habitamos el planeta tierra (en presente, pasado y futuro) estamos conectados a través del campo electromagnético de nuestra madre. Aquí se almacena la memoria colectiva y se conectan todos los campos electromagnéticos más pequeños que la habitan.

En esta red cósmica-terrenal se almacenan acuerdos y conexiones. A través de este medio, nuestros espíritus se comunican. Hay espíritus que aún después de que el cuerpo muere, deciden quedarse (como yo) y participan activamente en la continuación de esta red. Otros espíritus que ya se fueron, dejan impresiones con -códigos- que algunos vivos necesitarán y así sucesivamente. Es una red impresionante de energía e información.

Yo tengo acuerdos con muchos y me siento plena y radiante por poder estar aquí en este particular punto de conexión.

Como aquí no percibo el tiempo de forma lineal, necesito preguntar a los del mundo físico si ya es tiempo de colaborar. Si yo no les preguntara primero antes de intervenir y deliberadamente -limpiara o transmutara- cosas sobre las que no me corresponde decidir, podría estar entorpeciendo las misiones e intenciones de otros. Cuando la ayuda sucede en el momento indicado, entonces sirve a la evolución.

Se activan los acuerdos de quienes están más al tanto de nuestra conexión. Me refiero a quienes de alguna forma sienten una conexión consciente conmigo. Hay otros que están conectados pero que su conexión aún no está activa. No tengo manera de saber si se activará. Lo único que sé, es que pertenece al plan.

‘El gran plan’… el gran plan existe, aunque debajo de él existen incontables -planes emergentes-. Un plan emergente se crea cuando alguien no está del todo conectado y esa desconexión va provocando otro tipo de detonadores, eventos diseñados para que eventualmente, este individuo conecte en totalidad de nuevo. Los planes emergentes están encaminados al gran plan… todo está conectado. Desde un punto de vista terrestre, los planes emergentes hacen que todo se vuelva más lento, más dramático, más doloroso y más caótico.

Cuando se vive conectado directamente al gran plan, entonces se vive diferente. La angustia, el dolor, la pena, la ira, la codicia, la avaricia, el abuso y el sufrimiento disminuyen drásticamente y el individuo empieza a sentirse cada vez más pleno, más ligero, más sereno, más feliz. No confundamos felicidad con alegría. La felicidad es un estado de plenitud, satisfacción, aceptación y contemplación. No es directamente una emoción. Aunque sí, la felicidad nos lleva a sentir emociones que alimentan el espíritu y nos conectan.

A nuestros lectores les quiero decir nuevamente que sí, es verdad. No sólo lo que se ve y se toca existe. Hay mucho más de cinco sentidos y cada uno nos conecta con un nuevo mundo. ¿Qué mundos quisieras descubrir? ¿Qué cosas te cuestionas y te preguntas desde que eras niño?

Amo el planeta tierra, es un lugar hermoso, lleno de vida y de corazones que laten, todo el tiempo, pum-pum pum-pum pum-pum… sin parar. Definitivamente, algún día voy a regresar.”

Te amo Lua, gracias por estar presente, gracias por hablarnos, por compartirnos tu magia y estos complementos de nuestra realidad. Ojalá regreses con nosotros, aquí siempre tendrás tu lugar.

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