Mi amada Lua, el mundo gira y la vida da vueltas. A veces no entiendo la razón oculta de los acontecimientos. Ya quería hablarte, sentarme en este espacio a escribirte y contarme cómo me siento. Te he sentido muy cerca de mi, pero aún así me hace falta escucharte claro y fuerte. Te quiero pedir, si te es posible ahora, que nos compartas un poco de tu sabiduría. Me encuentro con el corazón confundido o mejor dicho cansado. Desde el día que te fuiste de este mundo físico y que te confesé mi deseo de vivir sin expectativas, siento como si hubiera abierto una puerta hacia lo desconocido. A partir de ahí ha sido sorpresa tras sorpresa. Quisiera entender un poco más allá de lo que para mi es evidente hoy.
“Hola mamá. Sí, he estado a lado de ustedes y particularmente de ti, circulando tu espacio. Sueles dar mucha de tu energía al mundo y a todos los que te rodean pero aún no sabes cómo no quedarte sin energía para ti. Esto te daña. No eres la única a la que le sucede.
Todos somos parte de Gaia y ella es un ser muy poderoso. Gaia está viva y todos los que habitamos en ella somos sus “células”, sus “bacterias buenas”, sus “bacterias dañinas”, sus “parásitos”, sus “virus” etc. Igual que un ser humano o un perro que tiene células, bacterias, virus, parásitos, etc. Tú misma puedes alimentar a tus propias células o bien dañarlas, puedes decidir atacar un virus que habita en ti o favorecer a tu flora intestinal; de igual forma Gaia lo hace.
El ser humano al olvidar su conexión y sus raíces se desconecta también del suministro más grande y brillante de energía: el suministro que Gaia tiene para todos en su centro. Los niños tienen una energía que parece inagotable. Esto es porque aún permanecen muy conectados con Gaia, naturalmente en su flujo, en el presente, vivos… los niños no suelen dividir su existencia entre el presente, su pasado y su posible futuro.
A medida que el humano crece y adopta los sistemas de creencias convencionales, populares y distorsionados, pierde esta conexión y su existencia se fragmenta. El adulto promedio ya no vive aquí, vive en muchos lugares distantes al mismo tiempo.
Esta división hace que el individuo pierda energía y debido a la desconexión, carece de recursos para ‘recargar su batería’.
Tu conexión con el planeta tierra ha sido reestablecida por completo pero tu sistema de creencias no ha cambiado, sigues teniendo ‘instalado’ en tu cerebro el ‘programa’ que te dice que la energía es un recurso finito y que eres agotable. Este programa mental hace que tu cerebro lleve un balance de gasto de energía, como una bitácora de registro financiero que te indica cuánta energía has invertido y cuánta te queda. De pronto este programa descubre que ya estás en ceros y no impide que vayas a números rojos.
Esto es una ilusión, una invención. Igual que la creencia impuesta de que un humano necesita tomar leche de vaca para estar sano y fuerte. Así de absurdo, así de irreal.
Tu energía no se acaba, no se agota. Tu energía es ilimitada porque viene de Gaia, y Gaia tiene un generador inifitamente poderoso para el tamaño físico de un humano.
¿Cómo accedes a esa energía?
Sobreescribiendo el programa mental que te indica que es un recurso finito. Esto no tiene nada que ver con respetar el ciclo de sueño. El sueño tiene un propósito que va más allá de únicamente ser el descanso y el momento en el que el cuerpo físico realiza ‘reparaciones y limpiezas’ necesarias. El sueño desdobla la conciencia y te conecta con tu multidimensionalidad. Esto ocurre en todos los seres vivos. Por eso privarse del sueño causa enormes estragos, porque desequilibra la conexión de la conciencia con este plano físico en particular. Es una explicación compleja sobre la cual podemos profundizar en otro momento. Regresaré al punto que quería explicar.
Durante el sueño vamos a explorar otros mundos, otras realidades, a crear líneas de tiempo y posibilidades que tienen que ver con el mundo físico en el planeta tierra o bien con otros lugares, otros espacios y otras formas. Esto es esencial.
Entonces el sueño aunque tiene que ver con la ‘recuperación de energía’, no es precisamente porque la hayas perdido, sino porque a través del sueño se mantiene una conexión y un flujo sano. Una parte del equilibrio del ecosistema radica en el sueño, pero es sólo eso una parte. Muchas personas duermen lo necesario y aún así se sienten cansadas, sin vida, divididas y dispersas entre el presente, el pasado y el futuro (o futuros posibles).”
Entonces Lua, ¿cómo sobreescribimos el programa mental?
“Tal y como sobreescribirías un texto en word: reemplazando cada frase, cada palabra por un nuevo concepto, por una nueva idea. Así hasta crear tu nuevo ‘programa’ que se instalará en tu nuevo sistema de creencias, tu nueva realidad, la realidad natural y conectada que se nutre del todo y no sólo de lo que tu mente recita.
No es necesario entender y comprender en su totalidad los eventos que enfrentamos en la vida física, porque esta existencia viva que experimentas hoy no lo es todo, es sólo un fragmento del multiverso que habitamos y cocreamos. Por otro lado diría que más que no ser necesario, resulta imposible comprender la totalidad desde la existencia parcial, desde tu realidad despierta como único punto de referencia.
Lo mejor es dejarlo ser, fluir y aceptar. Abraza todo lo que ocurre a tu alrededor porque no te ‘ocurre a ti’, tú decides si lo consideras personal o si decides observar que son muchas realidades que convergen, muchas voluntades y muchos propósitos, y que se trata de una danza universal compleja perfectamente orquestada, tratando de ejecutar su mejor pieza (aunque a veces pueda parecer que la pieza no suena tan bien, este momento, en este ahora, el universo ejecuta su mejor performance).”